La delicadeza.

"Cuando por fin se quedó sola, se sintió aliviada. Otros no habrían soportado la soledad en ese momento. Nathalie soñaba con estar sola. Y, sin embargo, la situación lo hacía todo más insostenible. Recorría el salón, y todo estaba ahí. Exactamente igual que antes. No se había movido nada. La manta seguía sobre el sofá. También la tetera, sobre la mesa baja, con el libro que estaba leyendo. Le impresionó especialmente ver el señalador. El libro quedaba así dividido en dos; la primera parte la había leído mientras aún vivía François. Y en la página 321, François había muerto. ¿Qué hay que hacer en estos casos? ¿Puede alguien proseguir la lectura de un libro interrumpido por la muerte de su marido?"

La delicadeza. David Fuenkinos

Tic-tac

El tiempo es demasiado lento, para aquellos que esperan
demasiado rapido para aquellos que temen
demasiado largo para aquellos que sufren
demasiado corto para aquellos que celebran
pero para aquellos que aman......
el tiempo es eterno.
Henry Van Dyke.






O no.

Cuenta la leyenda...

Cuenta la leyenda que había una vez un ruiseñor que cantaba y cantaba desde que salía el sol.
Cuenta la leyenda que una joven que oía al ruiseñor todos los días y se alegraba y cantaba con él.
Cuenta la leyenda que un día el ruiseñor murió.
Cuenta la leyenda que la joven entristeció tanto, tanto, que sus familiares temieron por su vida.
Pero cuenta la leyenda que en un día en el que todos juntos alrededor de la cama de la joven esperando lo peor oyeron llamar a la puerta.
El padre salió a abrir y entró tan sorprendido como sorprendidos quedaron los que la cama rodeaban.

Cuenta la leyenda que allí en el cielo el ruiseñor al ver lo triste que su amiga se quedó, había acordado con 100 ruiseñores de lindos colores que fueran a visitarla y que juntos le cantaran y le contaran lo feliz que él era en el cielo.
Los ruiseñores así lo hicieron dirigidos por un muchacho que entró a la vez que ellos en la casa y que ya no la abandonó, pues estaba escrito en la leyenda que del muchacho la joven se enamoró.

Una bella diferente

Cuándo las tormentas alteran el pulso

“Para el hombre sano de cuerpo y de mente, no existe el mal  tiempo. Todos los días tienen su belleza, y las tormentas que alteran el pulso, no hacen sino que lata con más vigor.” (George Gissing)

Contigo

Contigo de  Luis Cernuda

 ¿Mi tierra?  Mi tierra eres tú. 

 ¿Mi gente?  Mi gente eres tú.

 El destierro y la muerte para mi están adonde no estés tú. 

 ¿Y mi vida? Dime, mi vida, ¿qué es, si no eres tú?

 

A mis amigos

Esta entrada la dedico a unos amigos muy especiales que supieron hacerme pasar una noches maravillosa.