Y justo cuando la oruga pensó que era su final, se transformó en mariposa

viernes, 24 de agosto de 2012

No vale la pena andar por andar

Poquito a poco entendiendo que no vale la pena andar por andar, que es mejor caminar para ir creciendo. Pues eso, que no merece la pena andar por andar. A veces nos ofuscamos llorando porque el sol se ha escondido que no disfrutamos de las estrellas que salen. Cuando emociones contradictorias forman un ramo y nos empeñamos en regodearnos en aquellas que nos provocan más sufrimiento desechando aquellas que nos van a hacer bien, somos como la oruga que no quiere hacer su capullo porque pronto dejará de ser oruga, sin percatarse que no tardará mucho en convertirse en una bella mariposa. No miremos sólo a la puerta que se cierra observemos atentamente poruqe enseguida hay otra que se abre. Dice un amigo mío que el fracaso no existe, simplemente es otro resultado. Disfutemos un poco escuchando a Chambao.

jueves, 16 de agosto de 2012

La ira, seca, sale mejor.

Internet lento, internet ausente. Es lo que tiene. Hoy he podido entrar en este rinconcito mio y voy a contar un cuento: Mariana se puso toda feliz por haber ganado de regalo un juego de té de color azul. Al día siguiente, Julia, su amiguita, vino bien temprano a invitarla a jugar. Mariana no podía pues saldría con su madre aquella mañana. Julia entonces pidió a Mariana que le prestara su juego de té para que ella pudiera jugar sola en el jardín del edificio en que vivían. Ella no quería prestar su flamante regalo pero ante la insistencia de la amiga decidió, hacer hincapié en el cuidado de aquel juguete tan especial. Al volver del paseo, Mariana se quedó pasmada al ver su juego de té tirado al suelo. Faltaban algunas tazas y la bandeja estaba rota. Llorando y muy molesta Mariana se desahogó con su mamá "¿ves mamá lo que hizo Julia conmigo? Le presté mi juguete y ella lo descuidó todo y lo dejó tirado en el suelo". Totalmente descontrolada Mariana quería ir a la casa de Julia a pedir explicaciones, pero su madre cariñosamente le dijo: "Hijita, ¿te acuerdas de aquel día cuando saliste con tu vestido nuevo todo blanco y un coche que pasaba te salpicó de lodo tu ropa? Al llegar a casa querías lavar inmediatamente el vestido pero tu abuelita no te dejó. ¿Recuerdas lo que dijo tu abuela? Ella dijo que había que dejar que el barro se secara, porque después sería más fácil quitar la mancha. Así es hijita, con la ira es lo mismo, deja la ira secarse primero, después es mucho más fácil resolver todo". Mariana no entendía todo muy bien, pero decidió seguir el consejo de su madre y fue a ver el televisor. Un rato después sonó el timbre de la puerta...Era Julia, con una caja en las manos y sin mas preámbulo ella dijo: "Mariana, ¿recuerdas al niño malcriado de la otra calle, el que a menudo nos molesta? Él vino para jugar conmigo y no lo dejé porque creí que no cuidaría tu juego de té pero el se enojó y destruyó el regalo que me habías prestado. Cuando le conté a mi madre ella preocupada me llevó a comprar otro igualito, para ti. ¡Espero que no estés enojada conmigo. No fue mi culpa!“ "¡No hay problema!, dijo Mariana, ¡mi ira ya secó! Y dando un fuerte abrazo a su amiga, la tomó de la mano y la llevó a su cuarto para contarle la historia del vestido nuevo ensuciado de lodo". Nunca reacciones mientras sientas ira. La ira nos ciega e impide que veamos las cosas como ellas realmente son. Así evitarás cometer injusticias y ganarás el respeto de los demás por tu posición ponderada y correcta delante de una situación difícil. Acuérdate siempre: ¡ Deja la ira secar !